Ofertas de practicas laborales, becas y premios encontrados en la red.
La crisis estimula la creatividad de algunas empresas de arquitectura. Si hasta 2008 ya era habitual que muchos despachos recurrieran a la figura del falso autónomo para emplear a sus colaboradores, hoy asistimos a la proliferación de una variopinta serie de subterfugios para ahorrar costes en personal. Los arquitectos pueden encontrar sin dificultades ofertas de empleo no remunerado o que exigen el alta en el régimen de autónomos pese a que proponen puestos que suponen una clara relación de dependencia laboral. Existen despachos que retribuyen el trabajo entregando diplomas como si fueran escuelas de arquitectura. Otros convocan concursos cuyo premio consiste en poder realizar prácticas con remuneraciones inferiores al salario mínimo interprofesional. Incluso hay los que exigen a los aspirantes a un puesto de trabajo el pago previo de una tasa o matricula. Por increíble que parezca, hemos llegado a la indecencia de tener que pagar por trabajar.
Estas empresas han dado con formas miserables de sacarle partido a la crisis. Se benefician de la desesperación de los arquitectos jóvenes y de su necesidad de adquirir experiencia laboral, al tiempo que perjudican con su competencia desleal a los despachos honestos que cumplen la ley.
Tras las sucesivas reformas laborales que han desprotegido el trabajo, las empresas disponen de un amplio y ventajoso abanico de opciones para contratar legalmente a sus empleados. En la página del Ministerio del Empleo y Seguridad Social se enumeran veinte modalidades distintas de contratación, como el trabajo indefinido, en prácticas, para la formación y el aprendizaje, de interinidad, de sustitución, a distancia o a tiempo parcial. En muchos de estos casos se reduce sensiblemente el sueldo base establecido por convenio. Aun así, todos ellos respetan al menos derechos tan básicos como los cobertura médica, la cotización o la regulación legal. Es una lectura aburrida, pero sirve para echar un poco de luz sobre algunos temas fundamentales:
Las prácticas de trabajo no son gratuitas
Las prácticas profesionales están dirigidas a quienes disponen de un titulo universitario que los habilita para el ejercicio de la profesión. No se trata de prestaciones gratuitas; están reguladas por un contrato cuya duración no puede ser inferior a los seis meses ni
exceder los dos años. El salario correspondiente está fijado por el convenio de referencia que, en el caso de los arquitectos, depende del tipo de empresa aunque nunca puede ser inferior al 60% del salario base. Los contratos en prácticas denunciados en fraude de ley, pasarían a ser contratos indefinidos.
El becario no es un trabajador sin contrato
Un becario es un estudiante que realiza una práctica en una empresa. Sus funciones son distintas de las de un trabajador. Las empresas están obligadas a darle de alta en la Seguridad Social, con una cotización especial durante todo el periodo de la beca. Este tipo de relación no es en ningún caso laboral. Un becario tiene funciones distintas a las del trabajador y no puede ser utilizado para sustituirle en un puesto de trabajo que sí requiere un contrato laboral.
Como actuar
El CSCAE se ha comprometido con el Sindicato a trabajar para evitar que las bolsas de trabajo de los colegios publiquen ofertas que no cumplan la legalidad.
Sin embargo, queda fuera del alcance del CSCAE evitar la publicación de este tipo de ofertas en otros ámbitos de la red. Estas ofertas solo pueden ser combatidas mediante la denuncia ante Inspección de Trabajo. Más aun cuando son un claro indicio de que la empresa anunciante podría ser sancionable por fraude a la Seguridad Social en el ámbito del empleo.
Las modalidades para recurrir a la inspección están explicadas en las paginas de la
Inspección de Trabajo y Seguridad Social
Entre todos, debemos luchar contra las prácticas abusivas que atentan
contra la dignidad de nuestra profesión.
Sindicato de Arquitectos
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